OCAÑA Y EL STUDEBAKER REPUBLICANO (DEL INTERÉS Y LA DESIDIA)




Cantillana, febrero y marzo de 2012: un grupo de albañiles, tras derribar una cochera ubicada en el casco antiguo, junto a la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, dejan al descubierto una pintura mural realizada por Ocaña a principios de los 70. Tras la insistencia de varias personas del municipio, el Ayuntamiento se hace cargo de la obra y empieza la restauración.



Hola, me llamo Yedra y me he encargado del arranque, fijación y consolidación de esta obra pasándola a un soporte rígido.

Os cuento la historia del mural: entre febrero y marzo del pasado año, se demolió una cochera en el número 12 de la calle Santa Ángela de la Cruz, esquina Palacio. Esto hizo que quedara al descubierto una pintura mural de José Pérez Ocaña.

El inmueble era propiedad de D. Manuel del Valle López, que fue el practicante de Cantillana durante más de treinta años. Como D. Manuel mantenía amistad con Ocaña, le pidió que le pintara algún motivo en su cochera.



La obra se puede fechar entre 1970 y 1971, ya que según M.ª Dolores del Valle Pérez, hija de D. Manuel, por esas fechas ella estudiaba en un internado y su padre le envió una carta en la que le contaba que Patacán (así se conocía a Ocaña en el pueblo) había pintado un mural en su cochera: un vehículo de los años veinte, decorado con la banderas republicana y andaluza a cada lado del parabrisas (algo muy atrevido, la verdad, si tenemos en cuenta la fecha de ejecución de la obra).

Tras el fallecimiento de D. Manuel, su hija heredó la cochera y decidió demolerla para construir una vivienda. Fue entonces cuando el mural quedó a la vista de todos y empezó a correr la voz por el pueblo.

Pasaron días, semanas, meses y el mural seguía allí, cada vez más deteriorado a causa de las inclemencias del tiempo. Ni las entidades privadas ni las instituciones públicas mostraban interés por la obra.



Un día, fui a ayudar a Blanca Jiménez Cabet, presidenta de la Asociación Cultural de Mujeres Cantillaneras, a montar una exposición de pintura. Yo sabía que, gracias a la mediación de Blanca, Ocaña había pintado el mural del CEIP La Esperanza, así que le pregunté si tenía noticia de que había aparecido un mural de Ocaña. Blanca lo desconocía y la llevé a verlo.

Desde ese momento, Blanca fue la propulsora de todo el proceso de recuperación del mural. Como en la inauguración de la exposición de la Asociación estaban todas las autoridades del municipio, aprovechó para ponerse en contacto con ellos.

Como soy restauradora, Blanca me pidió que hiciera un pequeño proyecto. En quince días, Izquierda Unida llevó a pleno la propuesta y se aprobó el Arranque, fijación, consolidación y restauración de la pintura mural de José Pérez Ocaña por el resto de partidos políticos: PA, PP y PSOE.



El alcalde, D. Enrique Naranjo, gestionó los trámites oportunos con la propietaria, que cedió el mural al Ayuntamiento y puso a mi disposición todos los medios necesarios para poder ejecutar el arranque y el traslado de la obra al taller.

A primeros del mes de agosto, ejecuté el arranque y comencé su proceso de consolidación y restauración. Una vez terminado, las dimensiones son, aproximadamente, 160 x 250 cm.



Quiero apuntar que, la firma, además de ayudarnos a fechar la obra (principios de los 70, todavía emplea mayúsculas), hace pensar que, en un principio, Ocaña sólo iba a pintar el coche, por eso firmó junto a una de las ruedas delanteras, pero creo que el espacio le quedaba demasiado vacío o descompensado, así que incluyó una farola en forma de árbol o de abanicos. Esto explicaría que la firma aparezca en la zona central de la obra, cosa que nunca ocurre en sus obras.

Ahora ya sólo queda decidir su ubicación final y todas las entidades e instituciones del pueblo quieren lucirlo en sus paredes: la entrada o el salón de plenos del Ayuntamiento, el centro cívico (la antigua iglesia del Convento de San Francisco), el CEIP Nuestra Señora de la Soledad... Pero aún no hay nada decidido y, de momento, espera colgado en mi taller.


Yedra Mª García Sánchez

Foto del día en que eliminamos las telas del muro, un proceso muy delicado y cuando más sufre la obra. Ese día quisieron estar presentes todas estas personas: (de derecha a izquierda) Juanjo Moreno (director del documental Ocaña, la memoria del Sol, que también filmó todo el proceso), Blanca Jiménez Cabet, José Barrangán (marido de Blanca y profesor de Ocaña), yo, Manuel Huete, Antonio Payán (carpintero artesano y amigo personal de Ocaña) y mi padre, José García, que vino a ver el resultado final. La foto la hizo D. Fernando García Álvarez de Rementería, párroco de Cantillana, que también vino a ver el resultado de la obra.

Yedra Mª García Sánchez

En el siguiente PDF en línea, podéis seguir todo el proceso que ha llevado a cabo Yedra:





Para terminar, ya que poco más puedo añadir a las palabras de Yedra, en referencia al título del artículo, os cuelgo una foto del famoso Studebaker con el que acaba topando todo aquel que pasea por la calle Tetuán de Sevilla.
Ocaña, sin duda, conocía este azulejo protopop, que fecha de 1924 y es obra de Enrique Orce Mármol, y puede que se inspirara en él para decorar la cochera. La idea no es tan descabellada si tenemos en cuenta que D. Manuel del Valle López conducía un 600... Algún día, quizás, la carta que explica el encargo y el susto de la bandera, nos sacará de dudas.


El azulejo del Studebaker de la calle Tetuán.




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